En blog | el 07/05/2018
Desde la Asociación Sofía, queremos dar visibilidad a un problema que actualmente está impregnando a nuestra sociedad, y que se adquiere desde edades muy tempranas.
¿Qué le pasa a nuestro paladar?
Desde hace muchos años, la industria alimentaria se ha beneficiado de una circunstancia que adquirimos cuando somos muy pequeños. En los 2 primeros años de vida se forman las preferencias alimentarias. De ellas dependerán las elecciones de alimentación y nutrición que hagamos durante toda nuestra vida, por lo tanto, esteremos marcados por unas prioridades no saludables, en cuanto a alimentos nos referimos.
Nos preguntamos por qué la industria se gasta más de 2 millones de euros al año en campañas de comercialización de alimentos insanos dirigidas a niños y niñas. La respuesta es muy fácil; buscan un beneficio económico. Y es ahí donde debemos actuar nosotros y tener constancia de que sí solo aportamos a nuestro cuerpo y al de los más pequeños productos con alto contenido en azúcar, grasa y sal, esto probablemente tendrá una relación directa con el riesgo de padecer alguna patología, como obesidad, diabetes, hipertensión, etc.
¿Y esto se puede cambiar? Por supuesto!! Aunque a medida que crecemos es más difícil, si nos concienciamos de lo que realmente estamos consumiendo, lograremos reeducar a nuestro paladar. Resulta básico volver a conocer los sabores reales de los alimentos lo menos procesados posible, las texturas que realmente poseen, las propiedades nutricionales de las que nos podemos beneficiar, etc. Por lo tanto, si incidimos en la alimentación de niños y niños para reducir el consumo de sodio y azúcar, esto hará que se establezcan otras preferencias, que llevarán a la persona a un consumo de comida más natural y real.
Los responsables de esta situación somos todos y debemos estar bien informados sobre las consecuencias negativas para la salud, por ejemplo, tenemos que aprender a leer etiquetas de información nutricional.
En la realización de algunos proyectos que tenemos en marcha con niños y niñas, nos damos cuenta de que realmente esto ocurre y que cada vez el porcentaje es mayor. Por ello, queremos darle la importancia que tiene, para aportar nuestro granito de arena con el fin último de que esta situación cambie algún día.