En Blog | el 14/06/2015
Sofía es una SUPERHEROÍNA real, fuerte y valiente…
Sofía, es el nombre de una niña que desde pequeña fue perfeccionista, exigente consigo misma, responsable y madura, la cual creía que para que la quisiesen tenía que ser perfecta y contentar continuamente a los demás, sobreponiendo los deseos de las personas a los de ella misma. Sofía fue creciendo, superándose a sí misma, intentando ser cada día más perfecta y correcta, consiguiendo todo lo que se proponía aunque eso supusiese hacerse daño, no escuchando a su yo interior y lo que éste realmente quería para hacer todo de forma perfecta, e incluso llegó al punto de no expresar sus sentimientos. Era una niña que amaba a su familia, pero que nunca lo demostraba, no lloraba cuando estaba triste y tampoco desprendía amor cuando lo sentía.
Con 21 años vivió la experiencia de ir a trabajar al extranjero, un país al que le tiene mucho cariño pero a la vez cierto rechazo, Irlanda. Durante 4 meses sus hábitos de comida cambiaron, provocando un aumento de peso. A su regreso, la gente de su entorno notando su cambio corporal, se lo comentaban, lo que provocó en la joven un desajuste, un miedo terrible a no ser perfecta, un sentimiento de fracaso, una enfermedad, la anorexia. Según los mejores psiquiatras especialistas en la materia, esto ocurre en chicas como Sofía, chicas perfeccionistas, exigentes e inteligentes. La enfermedad las absorbe hasta tal punto que para ellas la perfección se convierte en tener un cuerpo “perfecto” a ojos de una sociedad autocrítica y estereotipada. La joven comenzó una dieta para llegar a su peso sano, pero esa idea se desencadenó en un no parar, en bajar de peso constantemente, no sintiéndose satisfecha en ninguna ocasión con el número que marcaba la báscula. Empezó contando calorías, haciendo excesivo deporte, y dejando de comer, lo que produjo en ella una gran depresión. En su peor momento de la anorexia, Sofía era una estudiante de máster obsesiva con sus estudios. Se convirtió en lo opuesto a lo que siempre había sido, una persona triste, introvertida, sin ganas de luchar e incluso sin ganas de vivir, entrando en ese túnel largo y negro propia de la enfermedad, donde todo lo veía negativo y donde toda posibilidad de curarse no existía, y digo túnel porque no era un pozo sin salida, era un trance horrible el cual tuvo su término en luz, en esperanza. Y así fue, tras estar la joven en un infrapeso, una desnutrición y por lo tanto en una depresión, llegó a la planta hospitalaria de psiquiatría, donde le dieron la posibilidad de estar como está hoy, en proceso de tener una vida sana. Sofía pasó poco a poco, día a día, de ser una persona vacía, sin razón de ser, a ir teniendo ilusión por la vida, a tener una fuerza interior que le ayudaba a luchar contra la enfermedad, a ser más positiva, pero lo más importante, fueron las habilidades que comenzó a experimentar. Se convirtió en una persona segura, pasando de tener una pésima autoestima a quererse tal y como era, a disfrutar de cada momento, a sonreír, a aceptarse a sí misma, a llevar la perfección y la exigencia por un buen camino, sabiéndola utilizar de forma favorable y sin hacerse daño. Tras semanas de ingreso, conoció su verdadero fin en esta vida, su sentido de vivir y de sentirse plena, el ayudar a los demás desinteresadamente. Cada día se levantaba y procuraba que los pacientes de la planta progresaran, que lucharan, que fuesen positivos, que se relacionaran y estuvieran entretenidos. Se dedicó a realizar manualidades y regalarlas a los enfermos con el único fin de sacarles una sonrisa. Alentaba a los más bajos de ánimo, ayudaba a las personas que no se valían por sí solas, se sentaba con los mayores a pintar o a jugar, escuchaba a los pacientes, es decir, se preocupaba por los demás como nunca lo había hecho, sintiéndose a la vez complacida con ella misma.
Sofía desarrolló unas habilidades sociales extraordinarias, además de llegar a ser una joven sensible, con una gran fuerza interior y altruista, una SUPERHEROÍNA bajo la mirada de una sociedad justa y real.
Actualmente y tras su alta hospitalaria, sabe lo que quiere hacer con su vida, sabe expresar sus sentimientos y quererse, pero sobre todo sabe que está en este mundo para ayudar a los demás. Sofía ha decidido crear una asociación de anorexia y bulimia, donde pueda ayudar a salir de la dichosa enfermedad a quien lo necesite, tal y como ella lo está logrando. En definitiva, Sofía es una SUPERHEROÍNA real, fuerte y valiente…